Si
no estás dispuesto a dormir al menos ocho horas diarias, vas a notar pronto una
disminución en tu rendimiento deportivo. El descanso y la alimentación se
hallan fuertemente conectadas: ingerir alcohol o cafeína durante las horas
inmediatamente previas al acostarse disminuirá tu capacidad de disfrutar de un
sueño reparador.
Si
reconocés las señales de alerta de sobreentrenamiento, es importante medir
objetivamente tu rutina de entrenamiento y hacer los ajustes necesarios antes
de terminar enfermo o lesionado.
Entrenar en forma más exigente
durante más tiempo, tarde o temprano puede ser contraproducente y puede
llevar a disminuir el rendimiento además de destruir nuestra capacidad
de recuperación.
Al planear tu rutina, tenés que pensar que gran parte de tu éxito como deportista se deberá a la cantidad de descanso que brindes a tu cuerpo. Idealmente, deberías interrumpir tu entrenamiento al tercer día (entrenar durante dos días y descansar el siguiente) para dar el tiempo necesario a tu cuerpo a reponerse.
Al planear tu rutina, tenés que pensar que gran parte de tu éxito como deportista se deberá a la cantidad de descanso que brindes a tu cuerpo. Idealmente, deberías interrumpir tu entrenamiento al tercer día (entrenar durante dos días y descansar el siguiente) para dar el tiempo necesario a tu cuerpo a reponerse.